RICARDO MARTINEZ SAEZ “RICARDITO” UN “ALHAMEÑO” QUE JUGÓ EN EL R. MADRID

      

ANÉCDOTAS FUTBOLISTICAS

POR PEDRO ROJO

El hijo del veterinario del pueblo cumplió su sueño de jugar en el Real Madrid, y eso que su padre, que era natural de Santomera y ejercía de veterinario en nuestra localidad, no quería que jugara al fútbol. Pero el se saltaba esa “prohibición” y saltaba la pared del Campo de la Cruz para hacer lo que más le gustaba: jugar al fútbol.

Muy pronto se fijaron en el, tenía todas las cualidades para triunfar en el fútbol, era joven, rápido y habilidoso.

Se lo llevó el Elche y comoquiera que el presidente del club Ilicitano y Santiago Bernabeu eran muy amigos, éste dio el salto hacia la capital de España.

Ricardito llegó al R. Madrid en 1948, con 18 años, allí estaban los Arsuaga, Barinaga, Ipiña, es decir, una época anterior a la más gloriosa del equipo blanco.

Ricardito no llegó a jugar mucho en el primer equipo, de hecho solo jugó partidos amistosos, estuvo cedido al Plus Ultra, en donde jugó desde la temporada 1948-50 después ficharía por el Valladolid en donde jugó dos años, desde 1951-53.

Luis Molowni se lo llevaría a Las Palmas, donde terminaría su carrera deportiva, en el equipo Insular jugó  hasta 1960.

Allí contrajo matrimonio y cuando colgó las botas pasó a dirigir los negocios familiares, ha sido Director General de la empresa Turavia, líder en el sector turístico.

 

Ricardo Martinez Saez, “Ricardito” 
el año en el que fichó por el R.Madrid,
tenía 18 años. Su buen manejo de 
balón le llevaría de la Alhameña
 al Elche, culminando un sueño:
 jugar en el equipo merengue.

Son muchas las personas del pueblo que han visitado a este hombre en su casa de Canarias y todas hablan maravillas de esta persona que aunque no ha nacido en Alhama, la lleva muy dentro de su corazón, el trato siempre es de lo más exquisito con quienes le visitan.

A Ricardo Martínez le hice una entrevista para la televisión local en 1995 coincidiendo con un alirón del R. Madrid esa misma tarde. Fue en la finca de la casa de las viñas, donde vive un buen amigo suyo, el cardiólogo D. Salvador Sánchez Puerta, a quien visita muy a menudo.

Ricardito me decía en esa entrevista lo mucho que había cambiado el fútbol desde su época a la actual, ahora están más valorados los craks, pero hacía hincapié en que un jugador de élite de antaño también cobraba mucho, tanto que podía comprarse con la ficha un buen piso en Madrid.

Lo que no se explicaba es porque no terminaba de “cuajar” el fútbol aquí en Alhama (cuantos nos habremos hecho esa pregunta).

Recordaba amigos con los que le dio sus primeras patadas al balón, como el propio Salvador Sánchez Puerta, Antonio Valverde, Pedro el del molino, Alfonso el mudo, algunos ya abandonaron el camino de la vida.

En definitiva esta es la historia de un chaval que siempre se sintió alhameño y que como tantos colegas suyos  les tocó vivir en una época de muchas carencias. El hizo realidad un sueño que tenía desde pequeño: jugar en el R. Madrid.