Cuando hablamos de los goles más famosos de la historia de nuestra
selección nacional, nos referimos posiblemente a cuatro: el gol de Zarra, el gol de Marcelino, el gol de Torres
y el gol de Iniesta. Efectivamente,
la selección española ha marcado muchos goles, pero la importancia de estos cuatro
oscurece el resto. Tal y como leemos en una conocida canción de Rogers Waters, líder de Pink
Floyd:
“Todo lo que hay bajo el sol está en
armonía, pero el sol está eclipsado por la luna”.
El gol de Marcelino en 1964
a la ahora fraccionada URSS supuso
la conquista del primer título de selecciones conquistados por España en su palmarés: la Eurocopa de Naciones. Aquel fue el
mejor año futbolístico en la vida de Marcelino,
ya que, además del citado título, conquistó con el Real Zaragoza la Copa de
España y la Copa de Ferias,
antigua denominación de la actual Copa de
la UEFA. El gol de Fernando Torres
supuso la segunda Eurocopa en las vitrinas de nuestro combinado nacional,
mientras que el gol de Andrés Iniesta
trajo para España la Copa del Mundo desde Sudáfrica.
El gol de Zarra a Inglaterra en el mundial de 1950 no
supuso título alguno pero, sin embargo, ha tenido una gran trascendencia
durante la segunda mitad del siglo XX. ¿Por qué? ¿Puede llegar a ser tan exagerada
la magnitud de un gol?
Brasil. Mundial de 1950. España llega a la cita mundialista con
aspiraciones de hacer algo grande, pero en el grupo 2, donde queda finalmente
encuadrada, tiene un escollo difícil de superar: Inglaterra, la selección que nunca ha acudido a un torneo oficial
internacional por considerarse superior al resto de las selecciones mundiales.
Tras vencer a Estados Unidos
(3-1) y a Chile (2-0), España se jugaba el pase a la liguilla
final en el decisivo partido contra la selección de Inglaterra, que acudió a Brasil con los más grandes jugadores de la
época. El encuentro se jugó el 1 de julio de 1950 en una de las catedrales
futbolísticas mundiales: el estadio de Maracaná, en Río de Janeiro. España jugaba el partido más importante
de su historia, y formó con un once excepcional: Ramallets, G.Alonso, Parra, Gonzalvo II, Gonzalvo III, Puchades, Basora, Igoa, Zarra, Panizo y Gainza. La preeminente Inglaterra no iba a la zaga de la española: Williams, Ramsey, Eckersley, Wright, Hughes, Dickinson, Matthews,
Mortensen, Milburn, Bailey y Finney.
El resto de la historia la conoce todo el mundo: Bert Williams, portero
del Wolverhampton Wanderers y de la selección inglesa,
quedaba abatido en el césped de Maracaná
mientras el balón del cañonero ‘Zarra‘
cruzaba la línea de meta. Telmo Zarra,
nacido el 20 de enero de 1921 en Azúa-Erandio, Vizcaya, marcó el tercero de sus
cuatro goles en el mundial brasileño, gol que desde ese momento y durante
muchos años sería el más famoso de la historia del fútbol español.
Buscando datos sobre Zarra
en diversos libros y enciclopedias, me he encontrado con cosas que me han
llamado poderosamente la atención, la más curiosa de ellas aparece en la
enciclopedia de las grandes biografías ilustradas (donde también hallamos a
nuestro ilustre atleta alhameño Antonio
Peñalver), y dice así en referencia al jugador de Erandio: “Nacido en 1921,
fue uno de los jugadores más característicos de la famosa selección española
que, en 1920, obtuvo la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amberes”.
Zarra, séptimo hijo del jefe de la estación de
Azúa, era un delantero de raza, y remataba tan bien de cabeza que, con motivo
de un encuentro que jugó la selección española frente a Suecia en Estocolmo, se
encontró con un cartel escrito por emigrantes españoles que decía: “Zarra, la mejor cabeza de Europa,
después de Churchill”.
El cañonero más famoso de la historia del fútbol español, tuvo un
detalle digno de elogiar, y que demuestra la clase que el delantero vasco siempre
atesoró dentro y fuera del terreno de juego. Con motivo del centenario del Athletic de Bilbao en 1998, Bert Williams, su hija Diane y su nieto, salieron al centro
del campo de San Mamés junto a Telmo,
para que el nieto del guardameta inglés diese el saque de honor en el partido
de homenaje que el club bilbaíno brindó al campeón de liga, cuatro veces
campeón de copa y seis veces máximo goleador de la liga española, Telmo Zarraonaindía, “Zarra”.
Tengo la suerte de comunicarme con Diane
Williams, hija del guardameta que
defendió la portería de Inglaterra
en aquel encuentro en tierras cariocas, por lo que desgraciadamente el domingo
19 conocí de primera mano el fallecimiento del legendario guardameta de los
Wolves. Descanse en Paz Bert Williams.
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