jueves, 12 de diciembre de 2013

JOSEPH BLATTER: DE PROFESIÓN SUS AMAÑOS

Alguien dijo una vez una frase sobre el Rey de España que era algo así como “De profesión: sus operaciones”. Pues bien, a su Majestad le ha salido un duro competidor, pues somos muchos los que nos hemos calado a Chiquito “Blatter” de la Calzada, de profesión “sus amaños”, y que me perdone el gran Chiquito, al que este esperpento ambulante no le llega ni a la suela de los zapatos. Sí, le hemos visto el plumero al “comandante” Blatter, un individuo que fue Secretario General de la Federación Suiza de Hockey sobre Hielo, pero que vio que en ese puesto no trincaba lo suficiente y se pasó al fútbol, como todo hijo de buen vecino que quiere progresar en el terreno económico, y mucho más si no eres trigo limpio, si te metes en asuntos sucios donde las cuentas no están claras nunca porque no tienes que dar explicaciones a nadie sobre el estado de las cuentas.
Quince años en el cargo han dado mucho de sí, de hecho no termino de entender cómo es posible que desde que este idiota llegó al cargo sólo se ha jugado un mundial de fútbol en Europa (Alemania 2006) y porque Franz Beckenbauer puso toda la carne en el asador, bueno, la carne de la rubia que se llevó para “presionar” a Chiquito.
Reconozco que durante muchos años fui un alma inocente que creía en la pureza del fútbol, fue en estos últimos cinco o seis años donde comencé a ver los amaños que hacían los trileros de la fórmula uno para que ganara quien la momia ecclestone eligiera. El descaro en la manipulación de campeonatos del mundo, permitiendo a una escudería como Brawn GP el doble difusor (al resto no), después permitir a Red Bull los escapes soplados, y qué decir del cambio de normas y/o neumáticos a mediados de temporada… en fin, todo esto me hizo pensar que la fórmula uno era la competición mundial más adulterada. Pero mira por donde aparece el amigo Joseph Blatter, Presidente (o comandante en jefe) de la FIFA (Federación Internacional Fraude Asociación) con su rubia particular en el sorteo del mundial de 2014 (sabe que sin la rubia no es nadie), la escultural y sexy Fernanda Lima, modelo, actriz, presentadora de televisión y casi de todo lo que se os ocurra, con el único propósito de que la diva brasileira logre desviar la atención de los televidentes y de los que asisten al acto, porque al fin y al cabo “es más interesante mirar a la rubia que ver lo que le sale de las bolas a chiquito Blatter”.
Y digo bien “lo que le sale de las bolas” porque cuando ves que los papelitos de la exuberante rubia se enrollaban solos (lógico, estaban dentro de la bolita) pero los del colega de turno se quedaban más tiesos que la mojama… piensas “compadre, aquí pasa algo”. Para colmo todos los deportistas que le daban la bola se volvían a colocar en su sitio que, estratégicamente, no quedaba a la altura del señor del truco y no podían controlar sus manos. La cuestión es que el colega bajaba las manos tan abajo tan abajo que al parecer el papel que subía no era el que había dentro de la bola, bueno, lo mismo en algunos casos sí pero en otros descaradamente NO.
El fútbol, como casi todo en la vida es así: los magos del fútbol sobre el césped y el mago de las bolitas dirigiendo el cotarro. La camorra napolitana eran meros aprendices que sacaban para tabaco, el carajillo y poco más. Sí, eran meros aprendices al lado de éstos.
En España llevamos muchos años en los que nos estamos acostumbrando a comulgar con ruedas de molino, pero esto ya no cuela, somos pardillos pero no tanto. La despampanante rubia podría haber sacado las bolas y nombrar tres veces a Costa Rica o cuatro veces a Holanda que no nos hubiésemos dado cuenta; pero el maromo… bueno, al maromo lo hemos pillado a las primeras de cambio.


Todo el mundo sabe la “tirria” que le tienen los brasileños a los uruguayos, especialmente después del maracanazo de 1950, donde los charrúas se llevaron la copa del mundo delante de las narices de los canariños. Eso no puede volver a pasar, por lo tanto hay que quitarse a los uruguayos a las primeras de cambio, pues vamos y les metemos a Inglaterra y a Italia en el grupo, al fin y al cabo nadie se ha dado cuenta, todo el mundo estaba pendiente de la rubia.
Lo primero que me llamó la atención antes del sorteo fue ver a Bélgica y Suiza en el bombo 1, el bombo de los “buenos”, y sin embargo allí no estaban ni Holanda, finalista del último mundial, ni tampoco Italia, finalista de la última Eurocopa. ¿Por qué? Lo de Suiza casi lo entiendo, ya que Chiquito Blatter es suizo y probablemente se ha llevado una buena pasta otorgando los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, un 2 x 1 que a buen seguro le ha reportado grandes beneficios que estarán a buen recaudo en los impresionantes bancos del país transalpino. Recuerdo que en un principio (podéis ver la foto) Inglaterra e Italia estaban en el mismo bombo, por lo tanto es imposible que hubiesen caído en el mismo grupo de Uruguay (¡qué casualidad!), de no ser porque a algún mafioso se le ocurrió llevarse a Italia de ese grupo y cambiarla por Irán. Es decir, que en el grupo donde estaban los europeos quitan a Italia y ponen a Irán. He estado investigando esta anomalía y finalmente he llegado a la conclusión de que ha sido alguna genialidad del Adrian Newey de turno del fútbol. En la Fórmula Uno hay un Adrian Newey y los del fútbol, igual de rateros, no quieren ser menos.

Son las 00:42 de la noche, es muy tarde y voy a acostarme. En estos momentos sólo veo fantasmas y la sombra del Comandante de la Calzada Blatter que me persigue por el pasillo diciendo quietorrrr, quietorrr…

Como era de esperar, ni rastro de la rubia…


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