Por Pedro Rojo
RIVALIDAD DE DOS AFICIONES EN LA MISMA CIUDAD
BÉTICA Y SEVILLISTA
“ESTO SI QUE FUE UNA CABRONADA”
De la vieja
relación entre el hombre y la cabra se ha escrito mucho. Pero cuando a la pareja se le añade el Betis, ya
nada es comparable. En Sevilla existe un bético que protagonizó una de las
historias más grandes jamás contadas. La repitió mil veces y solo entonces se
la descubrieron.
Era así: En cuanto
el Betis ganaba y el Sevilla perdía, nuestro hombre se echaba a la calle con su
cabra, y juntos visitaban los bares más sevillistas de la ciudad. El hombre
pedía una caña y se sentaba a esperar. A esperar que la cabra se cansara y
dijera algo asi como “¡ beeee!” . Inmediatamente, su amo se levantaba y
gritaba: “¡ Tis!” . Y así una vez, y otra, en este bar y en aquél. En la más
absoluta impunidad hasta que alguien se percató:
“¡Jo! Entre estos dos gritan ¡Betis!”.
Cuentan que es la
burla bética que más y mejor han reído el sevillismo en toda su historia.
LAS CENIZAS
SEVILLISTAS
Hay fotos.
Reservadas, pero haylas. Son varios los socios del Sevilla ( y también béticos)
cuya última voluntad es que se esparzan sus cenizas en el Sanchez Pizjuán ( los
béticos en el Ruiz de Lopera, claro). Existen fotos del ex presidente Luis
Cuervas aventando los restos de consocios, que da pie a aquel chiste del
sevillista gracioso que, viéndose en trance de muerte, le pide a la familia:
“hacedme socio del Betis, rápido”. Así cuando fallezca, hay un socio bético
menos. El chiste se ha sustentado siempre en una realidad. En este caso, el
cainismo del fútbol sevillano.
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